Cuando los números cuentan historias reales
No todas las empresas llegan a nosotros en su mejor momento.
Algunas vienen con dudas. Otras con informes contradictorios y decisiones pendientes que
pesan demasiado.
En 2024, una empresa familiar de distribución en Sevilla contactó
con nosotros después de tres años de resultados erráticos. Los márgenes se estrechaban y
nadie sabía exactamente por qué. Tenían datos — montones — pero ninguna claridad.
Pasamos seis semanas analizando patrones ocultos en sus flujos de
caja. Descubrimos que el problema no estaba en las ventas, sino en el calendario de pagos a
proveedores. Un desajuste de apenas 18 días había provocado tensión constante durante años.
Lo corregimos, y en febrero de 2025 recuperaron márgenes que creían perdidos para
siempre.
Ese tipo de trabajo no sale en folletos. Pero cambia empresas.
Otro caso llegó desde Málaga a finales de 2025. Una startup
tecnológica que había crecido rápido — demasiado — sin estructura financiera sólida. Su
fundador nos dijo: "No sé si estamos ganando o perdiendo dinero". Le creímos, porque su
contabilidad lo confirmaba.
Implementamos un modelo de análisis de costes por proyecto. En
tres meses identificaron qué clientes generaban valor real y cuáles consumían recursos sin
retorno. Decisiones difíciles, pero necesarias. En abril de 2026 esperan cerrar su primer
trimestre verdaderamente rentable.